Tito Cordero tiene excelentes razones para brindar con y por sus rones. El maestro ronero de Ron Diplomático ha sido considerado, por tercera vez, el mejor del mundo. Esta vez el título le llega desde España
Los rones de Venezuela han acumulado un notorio historial de premios en distintos concursos internacionales. Ahora, en el Congreso Internacional de Ron organizado en Madrid, se cosecharon dos importantes honores. En este evento que ya tiene tres años y que concentra a rones de distintas latitudes, Tito Cordero fue reconocido como el mejor maestro ronero del planeta. En los dos pasados años le otorgaron el mismo título pero en el Rum Fest de Londres.
Cordero es el garante de lograr, con su veteranía y olfato, las mezclas de los rones Diplomático que se elaboran en la Destilería Dusa, apostada en las fértiles tierras de La Miel en Lara. De su sapiencia depende el balance de estos destilados y su consistencia: siempre tiene que lograr la misma personalidad en las mezclas. Para ello cuenta con la sapiencia lograda tras dedicarse, desde 1988 y en esta destilería, a la alquimia del ron. “Trabajamos con 60 rones distintos para lograr las mezclas. Distintos alcoholes -ligeros y pesados-pasan por distintas barricas y tiempos de añejamiento. Y ellos nos sirven para hacer el blend de rones”, explicaría Cordero para el libro Ron de Venezuela. En sus manos está lograr el balance deseado y mantenerlo cada año.
En Madrid, no sería el único venezolano premiado. Allí también reconocieron a Ron Santa Teresa como la mejor destilería del ron del planeta “por el aporte de cinco generaciones de la familia Vollmer en la fabricación de rones, la calidad de sus productos y la buena gestión de la empresa no sólo en el ámbito comercial sino también en la gestión humana y social”, dijo Javier Herrera, organizador del Congreso.
El creador de este Congreso,, Javier Herrera, estuvo el año pasado de visita en Venezuela conociendo de cerca cómo se elaboran distintos rones venezolanos. Aquí recordó los atributos de este producto venezolanoo, reivindicó su caliddad y se asombraba de que en el gusto de los venezolanos, predominaran otros destilados.