Por Rosanna Di Turi (@rdituri)
En un balcón prosperan flores de Begonias que, al morderlas, revelan su naturaleza comestible y un gusto inesperadamente cítrico. En la terraza del apartamento y en unas bandejitas, crecen breves plantas que a primera vista no revelan su gustoso poder.
Esos brotes –de rábano, maíz, rúgula o remolacha- tiernos y breves, demuestran su inesperado gusto apenas entran en la boca. “Están en su fase más joven. Tienen siete días. Y así incluso ofrecen mayor nivel nutricional”, cuenta Oscar Pereira, un joven de Anaco que comenzó a estudiar Biología en Mérida y se graduó en hotelería. Junto al publicista Alex Peralta, el ilustrador Leonardo Gimón y Carlos Calderón graduado de hotelería en Mérida, se dedican desde enero a cuidar y multiplicar esta multitud de pequeños brotes que crecen también en la cocina y el lavadero, en perfecta disciplina y cuidado orden. Luego los cortan tiernos y en cajas de madera los ofrecen a varios restaurantes caraqueños como Leal, Prana, Coma o Il Grillo.
Los creadores de Techos verdes son todos jóvenes y comenzaron a germinar esta iniciativa en la terraza del Hotel Escuela en Mérida junto al cocinero Eneko Fontoba, quien también los acompaña.
Para lograr persuadir al resto de su idea, llevaron a escondidas unas plantas a las que nadie pudo luego rechazar. Convencidos todos, lograron que allí prosperaran los tomates, pimentones y hierbas aromáticas que por un tiempo se comieron en el comedor de la escuela. Cuando la propuesta caducó decidieron reinventarse en Caracas y apostaron por los llamados micro greens que allí traducen en microverdes. “Ideamos cómo traer el campo a la ciudad para proponer una agricultura urbana accesible y orgánica. Tenemos un balcón productivo y comestible”. De Mérida se traen la multitud de semillas que necesitan y con la misma fertilidad de sus plantas ya anhelan crecer y reproducirse en distintos lugares del país.
*Sus señas: En Twitter son @verdestechos y en Instagram @techosverdes
*El consejo: “Si se tiene un balcón donde dé seis horas de luz se pueden tener hierbas aromáticas en casa. Solo requieren buen abono. Se cortan en la mañana o en la noche para que no sufran. Y se riegan cuando sea necesario. La tierra te lo dice”, cuenta Oscar Pereira.