Un vino muestra mejor sus atributos si está servido a la temperatura apropiada, que varía según el vino. Un tinto caliente o un blanco demasiado frío no ofrecerán lo mejor de sí mismos. La temperatura “ambiente” es un mito que se cae fácilmente con una explicación breve: no es lo mismo la temperatura ambiente en Caracas que en París.
Hay termómetros para quienes desean comenzar con rigor, y la experiencia es buena aliada en el camino para saber si está sirviendo correctamente.
La temperatura de servicio no debería pasar de 18•. En cualquier caso hay soluciones a la mano: Si un vino está caliente, unos minutos en la hielera lo resuelven. Si está muy frío, se puede calentar la copa con las manos.
Lo que sí es irreversible es que se congele un vino, por un olvido en el congelador. Hay dos posibles formas de enfriarlos: Ponerlos en la nevera es una alternativa, sin exagerar y sin pecar olvidándolos más de la cuenta. (No hay que dejarlo más de dos horas).
Otra manera, sin riesgos, es ponerlos en una hielera con agua y hielo el tiempo necesario. A los 15 minutos un tintos estará en 14•.
Tomado del Abc del vino, se vende en las cadenas Excelsior Gama (Autoría Rosanna Di Turi).