Luego de tener el electrodoméstico en casa, empezó a preparar recetas dulces como galletas que llevaba a los encuentros con amigos. Surgió la pregunta inevitable de porqué nos las vendía. Y cuando decidió hacerlo y compartió la novedad con conocidos, al día siguiente tuvo en puertas su primer encargo. ¨Fue un pedido grandísimo. Tuve que pedir ayuda de los amigos¨, recuerda.
Fue así como en el 2014, cuando tenía 25 años, aun estudiaba y hacía pasantías en Empresas Polar, se inició con el emprendimiento dulce la ocupa desde entonces, al que bautizó Sucré Caracas. Se sumó, sin calcularlo, a otros emprendimientos de jóvenes que han apostado por ofrecer, por encargo, dulces con su sello. ¨Me gusta. Se me da. Y cuando me gradué en el 2016 me di cuenta que no necesitaba buscar otro trabajo porque ya Sucré estaba creciendo¨.
En un pequeño taller contiguo a su casa, va elaborando las tortas de monogramas que corona con flores y en las que la base es un ponqué con la receta de una de sus abuelas. También la torta de alfajor con dulce de leche Bufito, o una torta de chocolate salted caramel. Brownies o chunkies . Los prepara por encargo para los eventos más diversos. ¨Desde bodas a divorcios o para gente que sencillamente se va a la playa y quiere llevar una torta¨.
Este camino dulce lo ha labrado, cuenta, a base de ensayo y error, con recetas familiares y de libros y un curso de cocina que emprendió en la entonces escuela de cocina Mariano Moreno. Cuatro años después de haber comenzado, los resultados le dejan buen gusto. ¨Empecé esto desde cero y ya muchos lo conocen. Hay otros emprendimientos de jóvenes como el mío. Y me alegra. Nos ayudamos. Hay mercado para todos¨.
En Instagram está como @sucre.caracas
Fotografía: Rosanna Di Turi