Categorías
Columnistas Pietro Carbone

El buen guayoyo

 

 

Venezuela es un país cafetero y cafetalero. Llevamos la tradición en las venas, aunque la planta no es oriunda de estas tierras, pero hemos hecho de esta bebida un patrimonio nacional.

Hace justo 100 años, Venezuela era el principal productor y exportador de café a nivel mundial, rubro que se compartía con el cacao y el cuero. Hoy en día la historia es otra: se produce café en bajos niveles y hemos llegado incluso a importar. Una lástima. Pero hablemos de la historia bonita.

Hay muchas maneras de preparar el café en nuestra tierra, pero creo que el guayoyo merece un capítulo especial. Jamás bastarán las páginas para hablar de esta bebida tan emblemática. El guayoyo es la manera original, autóctona y perfecta como tomamos el café. Incluso me atrevo a definirlo como un café con Denominación de Origen.

Para preparar un guayoyo basta una media o colador, agua caliente y café molido. Típicamente de tela, este colador actúa haciendo un colado por gravedad, de manera que no se consigue cuerpo en el café, pero si  mucho sabor y aroma. Valgan algunos consejos de cómo preparar un buen guayoyo.

Antes que nada, hay que evitar que el agua hierva. El agua hirviendo daña las propiedades del café y se obtiene una bebida “sobre extraída” con  notas solamente amargas. En casa se puede poner a hervir el agua, retirar la olla del fuego y esperar unos minutos para que baje la temperatura. No debería pasar de los 92 grados C.

Otro consejo muy útil es hacer una pre infusión. Esto quiere decir remojar ligeramente el café una vez dispuesto en la malla para que se empape, y logre con esto liberar aún mucho más sabor y aroma.

En cuanto a las proporciones de agua y café, lo remendable es que por cada litro de agua, se utilicen unos 80 gramos de café molido grueso. Sé que estoy mencionando datos que requieren de algún instrumento de medida, como termómetro, tazas medidoras y pesos, pero es la manera de que un guayoyo pueda ser perfecto y agradable, que es lo más importante.

Evidentemente, los guayoyos que se preparan en los pueblos, sin tantas variables de medición, siguen siendo los mejores: son los guayoyos con los que los peones de las fincas se levantan a ordeñar el ganado. Los que despiertan la familia y la empujan a las actividades diarias. Es ese guayoyo que despierta esta tierra tan bella.

La sugerencia que debo hacer para tomar café en casa, sea cual sea la manera de prepararlo, es comprar café en granos y moler sólo la justa cantidad a utilizar. Esto garantiza la frescura y potencia la calidad de la bebida.

Ahora, no debemos descartar la tradición del venezolano. En Los Andes, gusta mucho colar este guayoyo con agua de canela, clavos de especias, incluso pimienta guayabita. Además, lo más bonito de esta preparación es endulzarlo con papelón.

Hasta la próxima

¡Café y vida!

 

 

 

 

 

Por Pietro Carbone

Confeso apasionado del buen café, se ha consagrado a divulgar cómo lograrlo. Aprendió barismo en Italia, logró su certificado también como catador y ofrece cursos de barismo. Tiene su blog Diario de un barista y escribió el libro Pasión por el café. Su Twitter: @carbonespresso. Su blog: carbonespresso.blogspot.com.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.