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La personalidad de las tabletas de chocolate de Cacao Santa Clara

El cacao cambió la vida y rutinas de Ernesto Uranga, ingeniero de formación que decidió apostar por el potencial de los granos venezolanos

“Mi idea inicialmente era sembrar cacao, buscar buenas genéticas de Venezuela y exportar. En Cacao de origen, con María Fernanda Di Giacobbe  y Chloe Doutré Roussel me recomendaron aprender de chocolate. Hice el curso con ellas y decidí empezar”.

En 2016, comenzó a elaborar sus propias tabletas bajo los principios de la  tendencia Bean to bar en una iniciativa que bautizó Cacao Santa Clara. Así, él mismo se va en busca de cacaos en las plantaciones y logra chocolates en los que sólo utiliza esos granos y azúcar en distintos porcentajes. “La idea es buscar cacaos especiales y mostrar cómo pueden expresarse de distintas formas cuando los tratas distinto. Con los mismos granos, cambiamos el porcentaje y lo hacemos en 70, 80, 90 y 100 por ciento. También podemos dejar una misma concentración y variamos el perfil de tostado”.

Uranga comenzó con el cacao de Choroní, la tierra de sus vacaciones en la infancia y consiguió los de la Hacienda Torres con historia centenaria.

En pos de cacaos especiales, continuó su periplo por distintas plantaciones como la de Cepe (donde sólo se llega en lancha o a pie) y otra en Ocumare, también en Aragua. Igualmente trabaja con granos Río Caribe de Paria.

“La idea es crear un nexo cercano con los productores, llegar a una relación de amistad donde puedas hablar claramente de cualquier defecto que pueda tener el cacao sin llegar a ofenderlos y para mejorarlo.  Siempre les doy a probar el chocolate que hacemos con sus granos. Y cuando lo prueban les cambia la cara, llaman a los hijos o los niños de la zona. Eso es muy bonito. Busco que mejoren sus procesos, su producto, el precio que cobran y su calidad de vida”.

En su laboratorio, situado en una casa familiar en Los Chorros, transforma los granos en las tabletas junto a los jóvenes Adrián Suárez y Wolfang Rondón. En cada envoltorio señala la procedencia de los granos –Choroní,  Cepe, Río Caribe–, las variantes de tostado y el porcentaje de cacao. “Jugar con esas variables da infinitas opciones. Esa enorme versatilidad es la que nos permite el cacao venezolano, pues tenemos una grandísima variedad, todos excelentes”. También tiene una línea bautizada Texturas, en la que el crujiente lo logran al incluir nibs de cacao al momento de refinar el chocolate.

*En Instagram está como @cacaosantaclara. En Caracas se venden en lugares como Licoteca.

También a través de la tienda de dulcear.com Cacao Santa Clara.

En Margarita se consiguen en lugares como Bodegón Don Lolo.

Por Rosanna Di Turi González

Periodista especializada en gastronomía, editora de esta página. Convencida de que nuestros sabores son un gustoso lugar de orgullo y encuentro para este gentilicio. Fue gerente editorial de la revista Todo en Domingo de El Nacional y autora de los libros ABC del Vino, Ron de Venezuela y El legado de Don Armando. Twitter: @Rosannadituri

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