Por Rosanna Di Turi (@Rosannadituri)
Alejandro Toro llegó al programa Master Chef gracias a su afición por la cocina, un aviso que llenó certeramente cuando se mudó a Los Ángeles y lo que aprendió empíricamente en su casa.
Ante millones de televidentes, ha propuesto arepas y una hamburguesa “con todo” como las que comía en Caracas. Desde esa experiencia cocina una convicción. “He aprendido que si me aferro a mis raíces siempre me va ir bien”.
Antes de cocinar ante millones de televidentes y de darle a probar sus platos al célebre Gordon Ramsay, difícilmente diría que era cocinero. “Yo solo soy un venezolano que sabía hacer arepas. En mi casa siempre comí rico, pero realmente comencé a cocinar cuando me mudé solo hace cinco años a Miami. Aprendí empíricamente”.
En esa mudanza, cada vez que lo atrapa un ataque de nostalgia, apela al libro rojo Mi Cocina de Armando Scannone para ensayar un asado negro, cachapas e incluso tequeños hechas en casa. “No soy de seguir recetas, pero esa es mi base”.
Recientemente este caraqueño de 27 años, comunicador social y locutor, se mudó a Los Angeles, vio que buscaban cocineros aficionados para el célebre reality y tiempo después estaba entre mil aspirantes que anhelaban estar en esa palestra. “Allí no buscan cocineros profesionales, si no aficionados”.
A estas alturas su rostro es familiar para los millones de televidentes que contemplan este reality donde los candidatos superan pruebas para lograr ser el ganador del Master chef, adquirir notoriedad planetaria, lograr la presea de 250.000 dólares para su proyecto de cocina y un libro propio.
Entre sus colegas de concurso, Toro admite que al llegar supo que el que tenía menos experiencia en la cocina. Y antes de amilanarse, lo convirtió en ventaja. “Entendí que por ser el de menor experiencia culinaria es el que más podía aprender. Ellos ven tu crecimiento como cocinero, así que no lo vi como desventaja, si no como un punto a favor”.
En el primer encuentro con el chef Gordon Ramsay, ocurrió un episodio que no esperaba y que no quedó grabado ante las cámaras. ¨Me preguntó que si era locutor, seguramente cantaba. Me invitó a hacerlo y lo que se me ocurrió fue entonar el El Alcarabán de Simón Díaz”.
Del encuentro con esas celebridades ya cocina sus propias convicciones. “Gordon si bien a veces pierde los cabales, todo lo que dice es por el bien del programa y de los cocineros”.
En el reto de preparar una hamburguesa apeló a su memoria para recrear las que comía en Caracas y propuso una con ese festín de sabores posible en estos lares, incluido el repollo, la tocinera y el jamón. “Para nosotros es algo habitual. Para ellos no”. En el reto latino, aunque entre los ingredientes no estuviera la Harina Pan, decidió preparar unas arepas. “Los ingredientes que nos pusieron eran mayormente mexicanos: chiles, una masa harina de maíz. Con unas caraotas preparé una dominó, y con pescado otra”.
Según su saldo no son las mejores arepas que ha preparado en su vida, pero hasta ahora son las que más resonancia han tenido. “Es increíble la cantidad de mensajes bonitos de venezolanos que me llegaron luego de que las preparé”.
Antes de saber el desenlace del reto, ya tenía a su favor sobrados aprendizajes. El primero es que la cocina ya es parte de sus proyectos de vida. ¨Trabajo como productor de videos. Me gustaría unir esa pasión con la de la cocina y producir documentales de viajes y comida¨.
El aprendizaje quizá más fundamental tiene vigencia para muchas cosas. “Aprendí que si me aferro a mis raíces y a lo que soy me va a ir bien. Y que hay que enamorarse de la trama y no del desenlace, como dice Drexler” .
Master chef lo transmiten por Fox (en Instagram @masterchefonfox)
