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El pasado 2012 la ciudad de Caracas tuvo que ceder su tradicional protagonismo ante las regiones del pais, quienes llevaron la voz cantante.  Un ejemplo de ello fue Margarita Gastronómica, en donde la Isla de Margarita dedicó un mes completo a la gastronomía con eventos diarios de profunda participación popular. El ejemplo que dio la isla probablemente termine por ser un modelo de gestión cultural y gerencia de marca-región para promover turismo interno.

Gracias a la labor incansable del Chef Nelson Méndez, la región de Amazonas poco a poco deja de ser críptica y lejana. Nelson nos reprensentó el año pasado en MISTURA (Perú) y participó en la redacción de un manifiesto ético para la Amazonía. Seguramente el trabajo de hormiga de este amazonense termine por integrar a nuestras propuestas las técnicas y la despensa de una región de la que a veces se nos olvida comparte el mismo pasaporte.

Dos casos muy interesantes son Mérida y Zulia. Allí la vitalidad de cocineros locales que basan sus propuestas en las enseñanzas del entorno, se ha convertido en un motor poderoso de eventos. El Zulia fue la sede del evento Zulia: Capítulo 1, y el Grupo Occidental Gastronómico (colectivo de jóvenes cocineros) fue el invitado de honor para hacer un festival en el hotel Marriott de Caracas ¡Al fin un hotel grande apuesta por cocina venezolana!

En el caso de Mérida, este empuje se verá reflejado a mediados del año que está por comenzar con el evento Mérida: Capítulo 1, en donde por dos semanas el colectivo Venezuela Gastronómica coordinará 12 cenas hechas por cocineros de nueva generación de todo el país.

En la ciudad de Puerto Ordaz se realizó el congreso Guayana Gastronómica, y nos atrevemos a decir que es de los eventos mejor organizados en los últimos años; y en la ciudad de Valencia el Instituto de cocina Laurus promovió y coordinó el primer concurso de cocina de Carabobo y el Festival de la Polenta de Montalbán.

Un lindo corolario a la clara influencia que están teniendo las regiones en la consolidación del brillante movimiento gastronómico que vivimos actualmente, se pudo ver en Caracas con un evento de cocinas regionales que organizó Fundación Bigott. Algo parecido hizo el colectivo Venezuela Gastronómica (que con sus tres eventos de este año, cimenta su importancia como documentador de acervo) con el evento Un día de mercado 2, realizado en el mercado de Chacao.

2012 también será recordado como un año brillante para el cacao. En junio del año pasado fuimos testigos de La Semana del Cacao Venezolano que reunió a expertos nacionales e internacionales para hablar de nuestros cacaos durante 7 días frente a más de 400 personas diarias de todo el país. Es el año en que ECCKKO (escuela de chocolatería y confitería Cacao Real) firma un acuerdo con el instituto Cerulli Crocetti en Abruzzo (en Febrero se dictaron las primeras clases de cacao venezolano en Italia) y de paso las empresas Chocolates El Rey y San José fueron premiadas en Nueva York por la calidad de sus productos.

Continuó la feliz cadena editorial que venimos viendo hace unos años. En los premios Gourmand se reconocieron los libros de Helena Ibarra (Cocina extra-ordinaria), de Otto Gómez (Nuestra carne) y de Beatris S. de Mizrahi (Sabores conversos); Juan Carlos Bruzual publicó “Panes Venezolanos”, Victor Moreno “Cebiche, sebiche, ceviches” y Don Armando Scannone “Mi lonchera”.

El chef Carlos García fue nuestro representante nada menos que en el Salón del Gusto en Italia, y a mi me tocó el honor de hacer equipo con los chefs Héctor Romero y Nelson Méndez en el Festival de la cultura de Tiradentes (Brasil), evento en donde Venezuela era país invitado de honor. Como bien dice la periodista Rosanna Di Turi: “La presencia en varios escenarios internacionales de distintos cocineros permite atraer las miradas del mundo a lo mucho y distintivo que tenemos que ofrecer”.

2012 dejó también dos bajas importantes. Murieron Ettore Perin y Gerard Cherancé. Un italiano y un francés que hace mucho adoptaron a nuestra Venezuela como su patria. El primero formó a toda una generación en el arte del vino y fue particularmente importante su contribución a la hora de establecer armonías con nuestros platos. El segundo prácticamente estableció la altura de la vara con la que medimos la calidad del servicio de sala de nuestros mejores restaurantes. Va desde esta columna el eterno agradecimiento a su contribución.

En 2012 el Grupo Mokambo abrió el restaurante Nolita en Bogotá y por primera vez un restaurante de primera línea en el exterior es conocido como el de los venezolanos. 2012 lo recordaré por siempre, es el año en que mi esposa y yo inauguramos el Instituto Culinario y Turístico del Caribe, nuestra escuela de cocina en la Isla de Margarita.

Por Sumito Estévez

Sumito Estévez es uno de los rostros más familiares de la generación de cocineros venezolanos que se dio a conocer hace dos décadas. Chef y comunicador nato, fundó el ICC y ahora el ICTC en Margarita, es figura del Gourmet.com, autor del libro Diario de un chef. Sus cientos de seguidores saben que su twitter es @sumitoestevez

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